Como parte de su campaña Vamos a Sacarnos la Mugre por el Perú, el Ministerio del Interior anuncia en el paradero de Angamos con Vía Expresa lo siguiente: “Si ofreces una coima serás denunciado”. Dos semanas después reaccionan y le anteponen “Si alguien te pide coima denúncialo”. En fecha similar se difunde que, al mejor estilo de la mafia siciliana, miembros de la familia Sánchez Paredes se habrían reunido con el secretario de la presidencia de la república… en un Sauna.

Cuando estas noticias llegan, me pregunto qué pensará Jorge Bruce, el psicoanalista. Ante su ausencia, permítanme ficcionar brevemente sobre la lógica que legitima la corrupción a partir de la siguiente pregunta: ¿Por qué los peruanos la toleramos serenamente?

-          Durante el gobierno de Fujimori le robaron 6,000 millones de dólares al Estado, ¡Nos han robado 6,000 millones de dólares!

-          Será a los narcos.

-          No, es el dinero de las privatizaciones, nuestro dinero.

-          No, yo no tengo ese bille.

-          No pues, ese es dinero de todos los peruanos.

-          Ya, pero de ahí mío qué será, diez lucas, veinte a lo mucho. Mira, con lo que hizo el chino, se lo regalo.

-          Oye, no seas… No se trata del dinero que tienes en el bolsillo, es dinero del Estado, de todos los peruanos, un bien público.

-          ¿Un qué?

-          Un Bien Público. A ver…  ¡Los parques! Los parques son bienes públicos ¿tú no vas al parque?

-          A veces, con la flaca.

-          Ya pues, ese es un bien público, te pertenece.

-          ¿El parque? No, si del parque nos saca el sereno.

-          ¿Entonces de quién crees es el parque?

-          De la Muni.

-          ¿Y de quién es la Muni?

-          Del alcalde pe.

Toleramos la corrupción porque no tenemos conciencia ciudadana. No reclamamos derechos y no se nos exigen deberes sobre el Bien público. Quienes llegan al poder saben que esto fue y es así y que el Bien público en la práctica puede ser privatizado por un club de amigotes que no gobiernan por sus méritos sino en medio de una cadena de favores. Ergo, luchar contra la corrupción pasa por el desarrollo de conciencia ciudadana. Curiosamente, quienes protegen el Bien público como los pueblos indígenas son desautorizados por su máximo representante, que los llama ciudadanos de tercera. ¿El subconsciente emergiendo otra vez o sólo la conciencia colonial de nuestros gobernantes que prefieren una república de vasallos a una de ciudadanos?