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No tan indignados. Perú, una burbuja resistente

Perú, una burbuja resistente

Publicado: 2014-10-07


El capitalismo global desregulado, de altos costos sociales que socaban el nivel de bienestar general, ha llegado en su etapa informacional a un estado de crisis perpetua con consecuencias globales. ¿Cómo se expresa esta crisis en el Perú y qué cambios prefigura en la agenda de desarrollo? Tras revisar nuestra fragmentación social y el carácter hegemónico del neoliberalismo, mostraremos que la crisis se expresa en impactos diferenciados pero de pronóstico aún reservado.

El Perú es un paciente que, al igual que en la medicina China, presenta varios pulsos, que acá resumimos en tres: conflicto, protesta y anomia. El conflicto se caracteriza por el impacto de la cultura de consumo global en los modos de producción y sistemas sociales nacionales. Como gran parte de Latinoamérica, el Perú ha asumido su rol de proveedor internacional de materias primas. Esto le ha valido cierto crecimiento, así, durante los últimos 15 años vivimos un discurso celebrativo por sus logros de desarrollo. Estos logros se defienden con cifras como las siguientes: entre el 2000 y el 2012 el PBI peruano creció a un ritmo anual de 5.7% (Aramburú, 2013, pág. 19) y la pobreza monetaria se reduce entre el 2003 y el 2013 de 54.7% a 23.9% (INEI, 2014, pág. 34).

¿Qué nos revela una mirada no tan economicista? Por un lado el IDH creció entre el 2000 y el 2013 de 0.68 a 0.74, un incremento de 8.1%. Ciertamente, el mayor incremento se da en el nivel de vida, que pasó de 0,634 a 0,714, un incremento de 13%, lo que significa un PBI per cápita que sube de $ 6670 a $ 11280. Pero una mirada más cauta muestra pérdidas relativas, pues el grupo de Desarrollo Humano Alto al que Perú pertenece incrementa en el mismo periodo su IDH en un 14.3% y su índice de nivel de vida en 16%. Además, revisando el IDH ajustado por desigualdad observamos que al 2013 el Perú sufre una pérdida de -24.3%, mientras que los países de desarrollo humano alto pierden solo -19.7%. La mayor causa de pérdida tanto para el Perú como para el grupo es justamente el índice de nivel de vida (-30%)

¿Qué sucede con la educación y la salud? Entre el 2000 y el 2013 el índice de educación sufre una pérdida de -3% y el índice de salud un incremento de 8%. Pero al ajustarlos por desigualdad vemos que al año 2013 tenemos una pérdida de -25.6% en educación y -13.9% en salud.

Estos indicadores revelan que: 1) el Perú no lo está haciendo tan bien en términos relativos, 2) el desarrollo se ha asentado sobre todo en un crecimiento del ingreso mal distribuido, 3) tenemos un pobre avance en educación, que además también está mal distribuido. En resumen, a nuestro crecimiento le acompaña una desigual distribución del bienestar, que parte explica el siguiente escenario.

Con un 84% de la Amazonía concesionada a empresas petroleras (RAISG, 2012, pág. 26), 20.23% del territorio nacional concesionado a la minería (Cooperacción, 2014, pág. 56), y una fuerte presencia de minería y tala ilegal, nuestro país es escenario cotidiano de conflictividad social; algunos pocos ejemplos: la crisis ecológica provocada por la minería ilegal de oro en las cuencas de los ríos de la región Madre de Dios (SPDA, 2014), con un dramático efecto en deforestación, correlatos de violencia, corrupción y notorias crisis como la prostitución infantil; el impacto en la población indígena amazónica de la tala de madera: algunos de sus líderes han sido recientemente asesinados por madereros ilegales (Sifuentes, 2014); la irresuelta crisis social regional tras la insistencia del gobierno central en concesionar cabeceras de cuenca en la región Cajamarca para su explotación en el proyecto minero Conga (Zavaleta, 2013); y el “Baguazo”, enfrentamiento luctuoso entre la policía e indígenas awajún y wampís que en el 2008 se resistieron a la promulgación de un conjunto de leyes que flexibilizaban sus derechos territoriales (Protesta Indígena Perú, 2009).

Como vemos, la tendencia global y el modelo de desarrollo nacional presionan sobre todo lo rural e indígena, pero si ampliamos el análisis descubrimos otros actores. Si incorporamos el Índice de Desigualdad de Género (IDG), observaremos que del 2005 (0.442) al 2013 (0.387) el Perú ha disminuido 14% su nivel de desigualdad de género. A la fecha nos encontramos en varios subcomponentes de este indicador (mortalidad materna, embarazo adolescente, población femenina con educación secundaria) por encima del promedio de Latinoamérica, pero por debajo del promedio del grupo de desarrollo humano alto. La cifra más dramática es la distancia entre el ratio de nacimientos por cada mil mujeres entre 15-19 años de Perú (50.7) contra el resto de su grupo (28.8).

Antes de proceder al análisis queremos observar otro indicador, pues juntos nos permiten en parte explicar la presencia de un nuevo actor y de otro tipo de conflictos. Nos referimos a los indicadores relativos al uso de internet. Según cifras del PNUD procedentes del Banco Mundial, al 2012 el 38,2% de la población del Perú tenía acceso a internet , solo un poco más que la República Plurinacional de Bolivia (34.2%), muy por debajo del 61.4% de Chile o el 55.8% de Argentina. En términos absolutos el Perú tenía aproximadamente 5 millones 700 mil usuarios. México, que comparte nuestro 38 % de uso de internet tenía aproximadamente 22 millones 500 mil usuarios.

Estos últimos datos son importantes pues los conflictos sociales identificados más arriba rebotan en la red, donde resuenan en la consciencia igualitaria de un grupo aún pequeño pero cada vez mayor de jóvenes -sobre todo de clase media urbana- que han adoptado tecnologías de telecomunicación y que privilegian la tecnosociabilidad, es decir nuevas formas de sociabilidad cuyas principales característica se configuran desde las redes sociales (Calderón Gutierrez, 2012, pág. 254). Pero a diferencia de lo sucedido en los espacios de gestación de los conflictos, estos jóvenes mayormente no logran redirigirlos a las calles.

Este es nuestro segundo pulso, las protestas surgidas en los últimos dos años en la misma red, con objetivos más puntuales y blancos más claros, algunos ejemplos: la movilización por la aprobación del protocolo para el aborto terapéutico, impulsada sobre todo por las ONG que desarrollan temas de género y que recogen las preocupaciones expresadas por el IDG, el reclamo por la aprobación de la ley de unión civil, la protesta contra la ley de afiliación obligatoria de independientes a una Adminstradora de Fondos de Pensiones, o la movilización contra la repartición de cargos públicos entre partidos por medio del congreso (#repartija). Aunque no siempre de forma exitosa, cada una de estas demandas fueron llevadas a la calle y sirvieron para presionar al gobierno.

A nuestro juicio los dos escenarios descritos hasta el momento, conflicto y protesta, se cruzan pero no llegan a amarrarse. Ellos, presentan un nuevo sujeto social, cuya indignación ciudadana busca más desarrollo humano y también informacional, donde “… la fuente de productividad estriba en la tecnología de la generación de conocimiento, el procesamiento de información y la comunicación de símbolos” (Castells, 1998, pág. 43).Se trata de un actor con cierta “agencia ciudadana”, expresada en su demanda por reconocimiento identitario, la distribución de derechos y más participación política (PNUD, 2009, pág. 35). Existen acá atisbos de una nueva politicidad que reclama la ampliación de los espacios deliberativos y que entiende el desarrollo como la recuperación de una dignidad con acento en la igualdad pero también en la interculturalidad.

Pero el tercer pulso, la anomia, es el hegemónico en el caso peruano. Tras 20 años de violencia política surgida de una izquierda ultraradical y su derrota durante la instauración de una reforma neoliberal de derecha, populista y autoritaria, gran parte del Perú parece asumir lo que el politólogo Alberto Vergara resume como: el fracaso de nuestro proyecto republicano (un orden fundado en la igualdad de ciudadanos, la vigencia de la ley y de instituciones legítimas, y cierta confianza o fraternidad) y el triunfo del neoliberalismo: “El neoliberalismo no prometió un país más igualitario, tampoco uno más democrático; ni prometió uno más justo, tampoco una comunidad de ciudadanos fortalecidos […] su agenda era otra: mercados desregulados; crecimiento económico, desigualdad si hacía falta” (Vergara, 2013, pág. 23). Hoy mismo, las encuestas del proceso electoral municipal en curso expresarían la hegemonía de la ética individualista neoliberal. Estos resultados han sido caracterizados como <<… un nuevo contrato fisiócrata entre vecinos y aspirantes al gobierno local sin mayores compromisos, un “déjame trabajar” mutuo”>> (Juan, 2014): un 41% de los limeños está dispuesto a votar por un candidato que “robe pero haga obra” y un 47% identifica al candidato con más opciones como quien más robaría (Datum, 2014, pág. 3). Aquí es donde el recuerdo de la crisis económica y de violencia de los ochenta contrasta frente a las cifras de crecimiento del PBI y reducción de la pobreza. Junto a un discurso triunfalista de “la excepción peruana” frente a la crisis mundial del 2008, este contraste crea una burbuja resistente, que ve en las nuevas formas de politicidad tan solo una aguja roma, pero, finalmente, una aguja.

En resumen, tenemos que en el Perú la crisis global tiene impactos diferenciados e inciertos. Por un lado, desde el conflicto y la protesta, existen atisbos de una nueva politicidad que reclama mayor desarrollo humano e informacional, que pone en movimiento la capacidad de indignación y por tanto entiende el desarrollo como la recuperación de una dignidad con acento en la igualdad pero también en la interculturalidad (pensemos en la red articulando tanto reclamos indígenas como otras agendas, por ejemplo la del movimiento LGBT). Pero a un nivel mayor tenemos la hegemonía de un discurso neoliberal que, centrado en el éxito económico y el divorcio entre Estado y ciudadanía, hace a esta sentirse ajena a la crisis global y a las apuestas republicanas por la construcción de un proyecto de desarrollo más inclusivo. Solo el tiempo dirá si, al igual que en otros lados, en el Perú los impactos de la crisis global terminan generando algún tipo de explosión, o si la burbuja que aparentemente nos separa de esta crisis resulta especialmente resistente.

Trabajos citados

Aramburú, C. E. (2013). Economía, desigualdad y políticas sociales en el Perú. En C. (. Aramburú, Políticas sociales en el Perú. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

Calderón Gutierrez, F. (2012). La protesta social en América Latina. Buenos Aires: Siglo XXI.

Castells, M. (1998). La Sociedad Red. Madrir: Alianza Editorial.

Cooperacción. (2014). 14° observatorio de conflictos mineros en el Perú. Reporte primer semestre 2014. Lima: Cooperaccion Grufides Cedepaz. Disponible en: http://www.cooperaccion.org.pe/OCM/XIV_OCM_2014-07-15.pdf (03/10/2014)

Datum. (2014). Informe de Opinión Pública Electoral Elecciones Regionales y Municipales 2014. Lima: Datum Internacional. Disponible en: http://www.datum.com.pe/pdf/ENCUESIM01.pdf (03/10/2014)

GFK. (20 de Mayo de 2014). Slideshare. Recuperado el 03 de Octubre de 2014, de http://es.slideshare.net/GfKPeru/gf-k-enc-opabril2014uso-internet-9

INEI. (2014). Evolución de la pobreza monetaria 2009-2013. Lima: Instituto Nacional de Estadística e Informática. Disponible en: http://www.inei.gob.pe/media/cifras_de_pobreza/informetecnico.pdf (03/10/2014)

Juan, D. (19 de Setiembre de 2014). La política ya fue (IV). La República. Disponible en: http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-politica-ya-fue-iv-19-09-2014 (03/10/2014)

Paucar, J. (23 de Julio de 2013). Lamula.pe. Recuperado el 03 de Octubre de 2014, de https://redaccion.lamula.pe/2013/07/23/miles-de-jovenes-protagonizaron-la-marcha-contra-la-repartija/jorgepaucar/ (03/10/2014)

PNUD. (2009). Informe sobre desarrollo humano para mercosur 2009-2010. Innovar para incluir: jóvenes y desarrollo humano. Buenos Aires: Porgrama de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

PNUD. (2013). Informe sobre desarrollo humano Perú 2013. Cambio climático y territorio: Desafíos y respuestas para un futuro sostenible. Lima: PNUD.

Protesta Indígena Perú. (19 de Junio de 2009). Protesta Indígena Perú. Recuperado el 03 de Octubre de 2014, de http://indigenaprotesta-peru.blogspot.com/2009/06/cronologia-del-conflicto-amazonico.html (03/10/2014)

RAISG. (2012). Amazonía bajo presión. Lima: Red Amazónica de Innformación Socioambiental Georeferenciada. Disponible en: http://raisg.socioambiental.org/system/files/AmazoniaBajoPresion_10_12_12.pdf (03/10/2014)

Sifuentes, M. (10 de Setiembre de 2014). Utero.pe. Recuperado el 3 de Octubre de 2014, de http://utero.pe/2014/09/10/quizas-nunca-escuchaste-de-edwin-chota-pero-el-asesinato-de-este-lider-ashaninka-ha-conmovido-al-mundo/

SPDA. (2014). Madre de Dios ¿Podemos evitar la tragedia? Lima: Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. Disponible en: http://www.actualidadambiental.pe/?tag=mineria-informal-en-madre-de-dios (03/10/2014)

Vergara, A. (2013). Ciudadanos sin República. ¿Cómo sobrevivir en la jungla política peruana? Lima: Planeta.

Zavaleta, M. (02 de Febrero de 2013). NoticiasSer.pe. Recuperado el 03 de Setiembre de 2014, de http://www.noticiasser.pe/06/02/2013/la-cantera/los-origenes-del-conflicto-conga


Escrito por

La Bodega del Chino

Me llamo Gerardo Seminario, soy antropólogo, egresado de una maestría de estudios amazónicos y ahora curso otra sobre desarrollo humano


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